sábado, 29 de diciembre de 2012

Jaque mate




Termino el año con la sensación de derrota.



Vencida por los políticos, los medios y un puñado de esbirros chupasangres, que han invadido en el país para acabar con nuestros derechos y bienestar, como una plaga cruel que lo devasta todo a su paso.

Vencida por el sopor y el cansancio de salir a la calle y que no se dignen a escucharnos,  por la desconfianza y la apatía que me trasmitís a diario, por la tristeza y la melancolía en la búsqueda de un mundo mas sincero.

Se os llena la boca diciendo que al amor no existe, que la gente es mala por naturaleza y que priman los intereses particulares, a la misma vez que yo me canso de deciros los contrario, que para recibir antes hay que dar, que el cambio empieza en ti y que si cada uno de nosotros, saliera a la calle con una sonrisa y dedicase una hora al día a los demás sin esperar nada a cambio, todo seria diferente.

Termina el 2012 y me siento mas ingenua que nunca, mas tonta que nunca y mas cansada que nunca.



Mis sobrinos me preguntan por que lloro y no acierto a explicarles que nuestro futuro está roto, por que nos hemos dejado llevar por la desidia y la comodidad de luchar solo por nosotros mismos, ignorando todo lo demás.

De la política ya me lo espero todo, espero llegar a pasar hambre, espero llegar a no tener sanidad, espero llegar a acabar en la calle injustamente, pero lo que no me esperaba, para nada, era éste abandono del mundo por parte de vosotros.







1 comentario:

  1. Es curioso, pero en vez de desear feliz año, deberíamos decir a la gente que de veras merece la pena “Gracias”.

    Gracias por llenar nuestros escenarios cotidianos, siendo aliados, rivales, luz de nuestra alba, maestros de lecciones difíciles o meramente rutinarias, locura en nuestra cordura, dolor en nuestro sendero, semilla en la tierra, ilusión de nuestro desperezar, espantador de nuestras penas, peso en nuestros hombros, descubridores de los mares del color de nuestras maneras, poema de lo nimio que nos rodea, materia inerte del miedo de vivir, apoyo en las espantosas caídas y centenares de millones de más títulos y cargos que nosotros queramos otorgar.

    Por ello, te digo feliz año, aunque mejor es decirte hoy y siempre gracias.

    FELIZ AÑO

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